Thursday, February 18, 2010

Colombia: Guerra mediática

Guerra mediática y cadáveres útiles al Estado; las Madres de Soacha claman justicia

Por Azalea Robles

Las Madres de Soacha, son las madres de jóvenes asesinados por el ejército colombiano para hacer montajes mediáticos, dentro del marco de su guerra física y sicológica contra el pueblo colombiano. Como estas madres de Soacha, hay miles de madres en Colombia que buscan a sus hijos desaparecidos, muchos de ellos han sido parte de la macabra escenificación de los falsos positivos.

Los mal llamados falsos positivos (1) son crímenes de Estado: son civiles asesinados por miembros del Ejército colombiano, que después el ejército hace pasar por “guerrilleros muertos en combate”; a veces los asesinados son disfrazados por el ejército con prendas del uniforme guerrillero. Estos crímenes atañen a la humanidad entera por constituir crímenes de Lesa humanidad.

Los asesinatos sistemáticos de jóvenes, campesinos o urbanos, cometidos por el Ejército colombiano para hacerlos pasar por guerrilleros muertos en combate suman aproximadamente 1,800 en los últimos años, según la ONU. Pero esta cifra no es sino la punta del iceberg, de lo que ha venido siendo una política de Estado desde hace años en Colombia; una política de Estado que continúa. La práctica de estos montajes basados en desapariciones y ejecuciones extrajudiciales de civiles es incluso “recetada” por la CIA como parte de la guerra mediática y sicológica.

Es Estado colombiano ha desaparecido a más de 50.000 personas, mediante su herramienta paramilitar o sus cuerpos oficiales (militares, policías). Esto con el fin de acallar la reivindicación social, exterminando al que reivindica e inyectando terror en los sobrevivientes. La impunidad de la que goza el Estado colombiano, hace que cada vez sus estrategias de guerra contra la población sean más horrendas. En Colombia hay una guerra que adelanta el Estado colombiano contra la población: pues el Estado colombiano es el instrumento de la oligarquía y de las multinacionales, para garantizarles el saqueo de los recursos de Colombia.

El saqueo causa empobrecimiento, y por supuesto descontento social, por ello el rol del Estado es esencialmente Represor, y es en este marco que se inscriben prácticas tan macabras como los falsos positivos o la Estrategia Paramilitar del Estado colombiano.

Las madres de los jóvenes secuestrados, torturados y asesinados por miembros del Ejército Nacional, en Soacha y Aguachica, se han unido para denunciar que sus hijos han sido asesinados por el Estado. Sobre estas madres pesan las amenazas de muerte de los que quieren silenciar sus denuncias… Además del dolor de saber que sus hijos fueron usados para contabilizar sus cadáveres como falsos positivos, a estas madres se le asesta el golpe de la impunidad: los militares acusados de los crímenes de sus hijos van quedando en libertad por vencimiento de términos.

• Los Mass-media han tapado evidencias de los falsos positivos durante años: las balas mágicas

Estos crímenes de Estado hieren la sociedad humana en su conjunto: miles de jóvenes han sido atraídos por paramilitares o militares, bajo la promesa de trabajo, o secuestrados para después ser asesinados, vestidos de guerrilleros, y presentados, con la complicidad de unos mass media que en Colombia son los voceros del ejército estatal, como «guerrilleros dados de baja en combate».

Muchos de estos muertos televisados de esta forma macabra, en la que sus muertes eran las fichas de una escenificación útil a la propaganda estatal, habían sido previamente declarados como desaparecidos por sus familias, y en varias ocasiones la escenificación hecha por los militares ha sido tan burda que los mismos mass-media hubieran podido no acatar su parte del montaje, si hubieran tenido algo de ética (pero los mass media obedecen a sus dueños, quienes en Colombia tienen claros intereses en estos montajes). En ocasiones el impacto de las balas en la carne de las víctimas había traspasado milagrosamente la tela de los uniformes sin provocar agujeros en la tela, o sea que era más que evidente que los habían disfrazado después de asesinarlos. Pero incluso estas evidencias macabras, no fueron suficientes para que los mass-media investigaran.

• El amor de madres y hermanos contra el Terrorismo de Estado

Los familiares han denunciado incansablemente, incluso algunos familiares han sido asesinados por denunciar al Estado. Son miles los casos de falsos positivos, por toda la geografía colombiana, y la impunidad reina, pues en Colombia atreverse a denunciar al Estado es atraerse la muerte o la cárcel: así lo ha dejado claro el Estado mediante sus sicarios paramilitares y sus montajes judiciales contra todo aquel que se atreve a denunciar. Incluso la fiscalía general, y muchos funcionarios del área investigativa están cooptados por la Estrategia del Terrorismo de Estado, ya sean activamente cómplices, o cooptados por miedo

En el caso de los falsos positivos de Soacha ya han asesinado a varios familiares. Carmenza Gómez Romero tenía tres hijos, al primero lo asesinó el Estado para sus montajes de los falsos positivos (Víctor Fernando), y al segundo se lo asesinaron por denunciar. John Nilson recibió varios disparos el 4 de febrero de 2009; ya había sobrevivido a un atentado contra su vida en Fusagasugá, cuando fue empujado desde un puente, ese mismo día debía mantener un encuentro para la investigación sobre el homicidio de su hermano... Tras el asesinato de John Nilson la familia sigue recibiendo amenazas. El 4 de marzo de 2009, Luz Nidia, hija de Carmenza, recibió una amenaza telefónica: “Con que ha puesto denuncias que es lo que quiere triple hijueputa […]» (2)

Sin embargo la insistencia de los familiares, movidos por el amor a sus hijos y hermanos, ha logrado romper las barreras del miedo, y gracias a sus denuncias reiteradas esta práctica bárbara del Estado se ha logrado dar a conocer.

Los crímenes y montajes de los “falsos positivos” son practicados desde hace años por la fuerza pública. Pero fue en los dos últimos años que han sido escándalo, cuando varios jóvenes que habían desaparecido en Soacha (localidad metropolitana de Bogotá), aparecieron muertos a 1.000 kilómetros de sus hogares. Once madres de Soacha denunciaron que sus hijos, inicialmente reportados como “bajas en combate pertenecientes a grupos guerrilleros”, fueron asesinados por miembros de la fuerza pública en la zona rural de Ocaña (norte de Santander).

Son Miles los casos de jóvenes desaparecidos, para luego ser asesinados y presentados por el Ejército de pertenecer a la guerrilla y haber “muerto en combate”…Son miles de asesinatos en impunidad.

• Premios por asesinar: El criminal accionar de la fuerza pública obedece a una política Estatal.

Los soldados son premiados económicamente, según cantidad de muertos guerrilleros. La situación viene generada por la Directiva 029 de la Presidencia de Colombia, firmada en el año 2005 poniendo precio a los guerrilleros muertos en combate, creando así una dinámica perversa(aún más) en los miembros del Ejército Nacional de Colombia que pueden conseguir primas, días de vacaciones o cambios de destino, presentando "guerrilleros caídos en combate".

En los manuales militares del ejército colombiano, diseñados en las esferas castrenses de USA, consta la noción de enemigo interno: este se concibe como «todo aquel que atente contra el orden establecido», pudiendo ser concebido como enemigo interno un sindicalista, un estudiante, un ecologista, o cualquier persona que cuestione el estado de expolio que conoce Colombia. Consta en los manuales contrainsurgentes del ejército de Colombia, que la lucha contra el enemigo interno es la prioridad del ejército nacional, ya que se busca eliminar la base social que cuestione el orden económico establecido.

En un país en el que la desigualdad social es escandalosa -Colombia es el onceavo país con más desigualdad social del mundo- el descontento social contra el orden económico establecido es una cuestión lógica. El Estado actúa como garante de esta situación de desigualdad e injusticia social: reprimiendo el descontento y la reivindicación social, desplazando poblaciones de altas zonas de interés económico, inyectando terror en la población mediante su Herramienta paramilitar.

Colombia es un país riquísimo, pero la mayoría de la población sufre hambre y desnutrición. Según la CEPAL más del 49.2% de la población de Colombia vive bajo la línea de pobreza y el 14.7% en indigencia. Las cifras de los niños víctimas de la pobreza en Colombia son terroríficas: 45% de ellos son pobres y 17% indigentes. En Colombia mueren anualmente 20.000 niños menores de 5 años por causa de falta de agua potable, en la guerra económica declarada por la oligarquía y las multinacionales contra el pueblo colombiano. En este contexto de expolio y empobrecimiento, el Estado se erige como garante de los intereses económicos de la oligarquía y de las multinacionales; y es dentro de esta lógica que practica tortura, ejecuciones extrajudiciales, fumigaciones, bombardeos, montajes judiciales, montajes mediáticos… etc.

• Guerra mediática y cadáveres útiles al Estado: Los Falsos positivos benefician al Estado pues este aduce que su política contra-insurgente arroja “resultados reales”. El disfrazar de guerrilleros a los civiles asesinados, le permite también al Estado asesinar a sindicalistas, a estudiantes, a líderes campesinos, y hacer pasar a estos por muertos en combate. De cada 10 sindicalistas asesinados en el mundo 9 son asesinados en Colombia por el Estado mediante su estructura militar o paramilitar.

Y hay otros beneficios que el Estado colombiano saca de estos crímenes: la práctica de los montajes de todo tipo es uno de los caballos de guerra más desarrollados del Estado colombiano. Es un Estado que practica incluso el auto-atentado (auto atentados ver vínculos (3) y (4)) con tal de provocar muertos para poder basar su esencial guerra mediática. Entre los raptados por el ejército y sus paramilitares para posteriormente asesinarlos y disfrazarlos, hay varios niños…(5) Con lo cual una imagen de un niño muerto vestido de “guerrillero muerto en combate” da impulso a la campaña de desprestigio contra la guerrilla que adelanta el Estado. El Estado es experto en fabricar pruebas, poco importa que eso implique asesinar.

Ha quedado comprobado que los niños son enrolados en las filas paramilitares por multitud de documentos fílmicos, incluyendo las declaraciones de los mismos capos paramilitares(6), esto ha sido relativamente poco denunciado por los mass-media (7), quienes al contrario se esfuerzan de sobremanera en construir una campaña mediática acerca del reclutamiento sistemático de niños por parte de las guerrillas, pero esta campaña carece de pruebas contundentes para concluir sistematismo en el reclutamiento de niños... Ahí intervienen específicamente los “falsos positivos” perpetrados por el Estado sobre niños. ¿Sino cómo explicarse que estos militares y paramilitares asesinos rapten niños para sus montajes macabros?

Es más, ese bulo de que la guerrilla recluta niños se cae por lógica. Pues las condiciones objetivas de las guerrillas no son para nada las mismas que las de los paramilitares: mientras los paramilitares gozan de protección estatal, y no sufren bombardeos ni persecución alguna por parte del Estado (obvio, son su herramienta), las guerrillas deben tener una alta capacidad de movilidad que implica una fortaleza física que no tienen los niños.

• El Bulo de la guerrilla recluta niños, y la utilización de niños asesinados por el Estado en esa construcción de realidad virtual

Este argumento de reclutamiento forzado de niños por parte de la guerrilla es evidentemente falso: primero el reclutamiento forzado no es factible en la guerrilla por cuestiones evidentes de lógica, ya que, si la guerrilla forzara a alguien a entrar a sus filas, ese alguien la delataría con toda seguridad a la primera ocasión, dando información de ubicación, movimientos y logística que desde el interior hubiera conocido, y ese riesgo es algo que no se pueden permitir las guerrillas.

Contextualicemos: Las FARC y el ELN son ejércitos de pueblo clandestinos, contra un ejército oficial y todo el aparato del Estado, policía, paramilitarismo, legalidad, radares, aviones fantasma y armamento y logística bélica USA, y que por lo tanto un reclutamiento forzado sería lo más contraproducente. En cambio el reclutamiento forzado sí que lo hace el ejército y sus paramilitares, pues el que es forzado en estas estructuras no va a “delatarlos” ante un Estado o fuerza que los pudiera “ubicar” con bombarderos.

La fuerza de la guerrilla radica justamente en la voluntad de sus integrantes: la voluntad popular es la que explica que el Estado y el imperio USA no hayan logrado vencer a las guerrillas, ese raigambre popular de las guerrillas es su principal fuerza frente a las armas y aviones sofisticados del Ejército y de la asesoría USA. Sin un amplio apoyo popular y sin el aprendizaje constante de la selva y de las diversas culturas que integran el movimiento guerrillero, las guerrillas ya no existirían, ya que los bombardeos y el Terrorismo de Estado son bestiales.

En cuanto a la propaganda específica de que la guerrilla recluta niños esta se cae también por lógica, pues un niño no tiene la fuerza necesaria a la vida guerrillera: para caminar días y noches enteras, para huir de la máxima tecnología de guerra made in USA. Las guerrillas en Colombia afrontan a un ejército descomunal (428.000 militares y policías, 2.2 millones de informantes (8), esto sin contar con la Herramienta Paramilitar), a más del ejército de ocupación del imperio USA, con agentes de la CIA, armamento, logística, y ahora directamente 7 bases USA en Colombia… Y por ende es evidente que las condiciones para ser guerrillera o guerrillero exigen fuerza física y fuerza anímica, a más de formación política sólida para poder resistir a las múltiples prebendas económicas que les ofrece el Estado a los guerrilleros si traicionan. Pero el Estado colombiano aplica la máxima Nazi de que: “una mentira repetida mil veces se transforma en verdad”.

El tema de los niños en la guerra debería ser tratado identificando a los que realmente sistematizan la instrumentalización de los menores, y estos son los Paramilitares (Herramienta Estatal) que los fuerzan y seducen con prebendas, para luego usarlos en el adiestramiento con motosierra. Pero en realidad, a los mass-media colombianos poco les importan los niños, por eso cuando los mass-media abordan la cuestión de reclutamiento de niños por parte de Paramilitares, lo hacen llamando a los paramilitares “la subversión”, o “los grupos armados”, o grupos al margen de la ley porque lo que buscan es confundir, para sentar las bases de su campaña contra la guerrilla, no buscan identificar a los responsables de la instrumentalización y el infanticidio.

La oligarquía colombiana, las multinacionales y sus instrumentos (el Estado, los mass-media) no se conmueven en lo más mínimo por este hecho: 20.000 niños menores de 5 años mueren anualmente en Colombia por falta de agua potable… Al contrario, en su afán por lucrarse privatizan todos los servicios, restringen aún más el acceso a la salud, perforan la tierra y polucionan las napas freáticas, fumigan y envenenan ríos...

• Terrorismo de Estado es Paramilitarismo, Mentira e impunidad

El Estado Colombiano es experto en “fabricar pruebas” para sus campañas mediáticas, con lo cual los cadáveres de miles de jóvenes y niños que ha secuestrado y asesinado en el marco de los “falsos positivos”, le son altamente, y tristemente “útiles”.

El Terrorismo de Estado en Colombia ha desaparecido a más de 50.000 personas. El Terror Estatal ha desplazado de sus tierras a más de 4.5 millones de personas, y tiene encarcelados bajo burdos montajes judiciales, a más de 7.500 presos políticos.

Las madres de Soacha han conocido de lleno el Terrorismo de Estado en Colombia: desaparición y asesinato de sus hijos, montajes macabros mal llamados falsos positivos, amenazas contra ellas por denunciar, liberación e impunidad para los militares autores materiales de los crímenes, libertad e impunidad para los autores intelectuales de los crímenes (estos nunca fueron imputados)… Y ahora, el Estado, tras haber asesinado a sus hijos, para usar sus cadáveres en el macabro conteo militar que es usado en la guerra mediática y sicológica contra la población, pretende usar a estas madres para la campaña politiquera reeleccionista del presidente narco-paramilitar Uribe Vélez.

Vea en este video el intento de utilizar a las Madres de Soacha, y la digna respuesta de estas:
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NOTAS:
1) Documento del Movimiento nacional de víctimas de crímenes de Estado, 6 partes: Ver

Documento de Telesur sobre las ejecuciones extrajudiciales perpetradas por el Estado colombiano (3 partes):
Ver

Otros videos acerca de estas ejecuciones extrajudiciales llamadas “falsos positivos”:
Ver
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2)
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3)
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4)
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5) Ver fotos de los desaparecidos-falsos positivos de Soacha en: http://falsospositivos.info/index.html
6) http://www.kaosenlared.net/noticia/colombia-14.000-ninos-bajo-fuego-guerra-paramilitar
7) «Sólo el Bloque Elmer Cárdenas reclutó cerca de 400 niños, muchos de ellos de nueve años, según confesó Fredy Rendón Herrera, alias 'El Alemán', y hermano del narcotraficante Alias 'Don Mario'»(el Espectador), cabe precisar que ‘el Alemán’ y ‘Don Mario’, son paramilitares, que además han confesado vínculos de filiación con el Estado…
8) El ejército colombiano es el mayor ejército de América:
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2.2 millones de informantes:
Ver
Y presupuesto público gastado en informantes:
Ver

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