Wednesday, February 17, 2010

El auge nacionalista desarrolló la marea anexionista


Por Marcos Reyes Dávila / poeta, educador y escritor puertorriqueño

No sé si eso dijo esta noche Pinchi Méndez en Fuego Cruzado. Pero ése fue el pensamiento que rebotó en mi mente con sus palabras.

La reacción independentista y anticolonial de los años 30, ya fuera en el cauce nacionalista o fuera de él, llevó al poder al Luis Muñoz Marín independentista. Pero, hijo bastardo del independentismo, Muñoz no tardó en iniciar pactos con el régimen colonizador que se fueron deslizando hasta la creación del ELA a expensas de la independencia. Prefirió un plato de comida adelantado, antes que la libertad y la dignidad de su pueblo esclavizado.

Su conciencia culpable lo hizo reaccionar de manera destemplada ante el empuje soberanista y ante las acusaciones del bando anexionista sobre sus orígenes, y también sobre sus correligionarios. Ello lo llevó al encarcelamiento de los nacionalistas, a las sucesivas cismas con líderes soberanistas del PPD que quedaron aplastados uno a uno a lo largo de los años, y lo llevó también al desarrollo de una prédica afín, simpática, con la anexión. De todo eso surgió abonado y bendecido el rebrote de la marea anexionista que alimentó la crisis del ELA, un liderato cada vez más conservador e incapaz, y una burguesía enriquecida y acomodada en la dependencia colonial y dueña de los medios de comunicación.

Ahora, ante la crisis política y socioeconómica de la dependencia y la impotencia, el nuevo liderato popular propone, asombrosamente, volver a Muñoz, volver al 52, ¡volver al siglo pasado! Y Hernández Mayoral le abre la puerta de salida del PPD a Willie Miranda Marín, alcalde de Caguas, ex secretario general del PPD y posible candidato a gobernador; también a Miguel Hernández Agosto, ex presidente del partido y ex Presidente del Senado; a Sila María Calderón, ex gobernadora, y ex presidenta del partido, a Aníbal Acevedo Vilá, el último presidente del PPD que propuso y endosó lo que dijo creer que era un ELA soberano, y a otros muchos líderes de la colectividad.

Una pregunta se cae de la mata: ¿Quién es Hernández Mayoral para expulsar del PPD a nadie? Que yo sepa, sólo es el hijo de Rafael Hernández Colón, el autor de la Nueva Tesis, el autor del Pronunciamiento de Aguas Buenas, y otro ex gobernador, ahora disminuido, fundido, bagazo de la historia que dio hace décadas su mejor fruto. Por eso necesita del auxilio de ese Romero Barceló que huye aún del Cerro Maravilla para conseguir una escolta policiaca que la única mujer en la gobernación no necesita para caminar, derechita, por las calles de Río Piedras.

Mientras, el presidente del PPD huye de la asamblea general, huye de la discusión, huye del pueblo, y revive la patética retórica ridícula de Cantinflas.

La soberanía es la capacidad del pueblo para decidir su futuro, nunca ejercida. Hernández Colón lo sabe, y por eso acepta la autonegación de que la soberanía se quede en el Congreso que nos la hurtó en el 98, y nos la hurta cada día desde entonces, según lo anticipó Hostos. Pero Ferrer, y este Colberg que humilla a su padre que fue un soberanista popular, dicen que aspiran a ser ¡¡como las Islas Vírgenes!! ¡Madre de Dios! ¡Qué liderato joven más viejo y caduco!

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