Tomado de ARTEMISA
Feministas de Costa Rica expresaron su desacuerdo con la presidenta electa Laura Chinchilla por su negación del feminismo, su ideología conservadora y su defensa de la ingerencia de la Iglesia en el Estado. Reproducidmos fragmentos de un comunicado
. 'La candidata presidencial oficialista, Laura Chinchilla, le ha atribuido a su partido conquistas emblemáticas del movimiento de mujeres y feminista internacional y local, invisibilizando las arduas luchas sociales por conquistar derechos y ampliar la ciudadanía que las mujeres hemos librado a lo largo de la historia.
Si bien las mujeres hemos conquistado algunos espacios de participación política, en la cotidianidad, siguen prevaleciendo prácticas sexistas en el ejercicio del poder político y el Partido Liberación Nacional no es la excepción, a pesar de que hoy presenten como candidata presidencial a una mujer.
Laura Chinchilla ha basado su campaña por la candidatura presidencial del PLN en el abierto continuismo de este gobierno, dejando clara su posición político-ideológica y ética.
Las mujeres hemos sido históricamente, instrumentalizadas por el poder hegemónico, machista y discriminatorio; situación aún vigente en la actualidad.
Durante la campaña por la candidatura presidencial, Laura Chinchilla ha dado respuestas ambiguas y evasivas a una gran cantidad de preguntas ligadas a los más diversos y trascendentales temas, incluyendo, entre otros, la materia ambiental, los derechos humanos de las mujeres y de otros grupos discriminados, el empleo y el Estado Laico.
Por todo lo anterior, hemos decidido hacer del conocimiento de la opinión pública las razones por las cuales Laura Chinchilla no nos representa y los argumentos por los que no le damos nuestro apoyo. Esas razones son las
siguientes:
1. Laura Chinchilla ha expresado públicamente sus reservas en relación con el movimiento y el pensamiento feminista, negando así más de 200 años de lucha por los derechos humanos de las mujeres, que son los que han generado las condiciones que le permiten hoy a ella aspirar a la Presidencia de la República.
2. Ella representa al conglomerado económico-político que ha impulsado las políticas neoliberales en este país durante las últimas décadas, que tanta exclusión social, desigualdad y deterioro de las condiciones de vida, en particular de las mujeres, han generado.
3. En sus declaraciones públicas, y a lo largo de su carrera política, nunca ha asumido un compromiso claro y consecuente con la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, por la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, ni a favor de la eliminación de las condiciones que generan y reproducen la opresión de género y que atentan contra el logro de la completa emancipación de las mujeres.
4. Su cercanía, cada vez más notoria, con la jerarquía católica deja claro que ella no asumirá una posición consecuente con la defensa de los derechos sexuales y los derechos reproductivos, los derechos civiles de la población LGBTI, la reforma constitucional para la creación de un Estado Laico y la libertad de pensamiento.
5. El vínculo político entre ella y Oscar Arias sólo puede ser calificado como subordinación.
Por lo tanto: Si bien trabajamos cotidianamente, desde cada uno de nuestros espacios, para que todas las mujeres, sin distingo de ningún tipo, construyamos y ejerzamos una ciudadanía plena, en condiciones de igualdad y justicia, no somos mujeristas ni esencialistas. Es decir, no creemos que una mujer, por el mero hecho genético-biológico de serlo, asuma un compromiso con las causas de la igualdad y la justicia que ha levantado el movimiento feminista por siglos.
Respetamos a Laura Chinchilla, como mujer y como ciudadana, pero no compartimos sus principios ético-políticos, su discurso ni su praxis. Ella no nos representa y, por lo tanto, no podemos manifestar satisfacción por su candidatura ni apoyar su pretensión de convertirse en la primera mujer presidenta de este país'.
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Si bien las mujeres hemos conquistado algunos espacios de participación política, en la cotidianidad, siguen prevaleciendo prácticas sexistas en el ejercicio del poder político y el Partido Liberación Nacional no es la excepción, a pesar de que hoy presenten como candidata presidencial a una mujer.
Laura Chinchilla ha basado su campaña por la candidatura presidencial del PLN en el abierto continuismo de este gobierno, dejando clara su posición político-ideológica y ética.
Las mujeres hemos sido históricamente, instrumentalizadas por el poder hegemónico, machista y discriminatorio; situación aún vigente en la actualidad.
Durante la campaña por la candidatura presidencial, Laura Chinchilla ha dado respuestas ambiguas y evasivas a una gran cantidad de preguntas ligadas a los más diversos y trascendentales temas, incluyendo, entre otros, la materia ambiental, los derechos humanos de las mujeres y de otros grupos discriminados, el empleo y el Estado Laico.
Por todo lo anterior, hemos decidido hacer del conocimiento de la opinión pública las razones por las cuales Laura Chinchilla no nos representa y los argumentos por los que no le damos nuestro apoyo. Esas razones son las
siguientes:
1. Laura Chinchilla ha expresado públicamente sus reservas en relación con el movimiento y el pensamiento feminista, negando así más de 200 años de lucha por los derechos humanos de las mujeres, que son los que han generado las condiciones que le permiten hoy a ella aspirar a la Presidencia de la República.
2. Ella representa al conglomerado económico-político que ha impulsado las políticas neoliberales en este país durante las últimas décadas, que tanta exclusión social, desigualdad y deterioro de las condiciones de vida, en particular de las mujeres, han generado.
3. En sus declaraciones públicas, y a lo largo de su carrera política, nunca ha asumido un compromiso claro y consecuente con la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres, por la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, ni a favor de la eliminación de las condiciones que generan y reproducen la opresión de género y que atentan contra el logro de la completa emancipación de las mujeres.
4. Su cercanía, cada vez más notoria, con la jerarquía católica deja claro que ella no asumirá una posición consecuente con la defensa de los derechos sexuales y los derechos reproductivos, los derechos civiles de la población LGBTI, la reforma constitucional para la creación de un Estado Laico y la libertad de pensamiento.
5. El vínculo político entre ella y Oscar Arias sólo puede ser calificado como subordinación.
Por lo tanto: Si bien trabajamos cotidianamente, desde cada uno de nuestros espacios, para que todas las mujeres, sin distingo de ningún tipo, construyamos y ejerzamos una ciudadanía plena, en condiciones de igualdad y justicia, no somos mujeristas ni esencialistas. Es decir, no creemos que una mujer, por el mero hecho genético-biológico de serlo, asuma un compromiso con las causas de la igualdad y la justicia que ha levantado el movimiento feminista por siglos.
Respetamos a Laura Chinchilla, como mujer y como ciudadana, pero no compartimos sus principios ético-políticos, su discurso ni su praxis. Ella no nos representa y, por lo tanto, no podemos manifestar satisfacción por su candidatura ni apoyar su pretensión de convertirse en la primera mujer presidenta de este país'.
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