Friday, May 22, 2009

Pestes y plagas


Por Arturo Cardona Mattei / Escritor y poeta

La vida humana siempre ha sido azarosa. El hombre es culpable directo de muchos de sus males. La naturaleza nos ha tirado con casi todo lo que tiene en su arsenal. Y la recua de dioses inventados por el hombre [mitología pagana] también aparecen como culpables en todas las crisis de la humanidad. La peste bubónica [peste negra] acaecida durante la Edad Media [siglo XIV] arrasó con una tercera parte de la población de Europa. En un informe reciente de las Naciones Unidas se nos informa que para el año 2025 la plaga del SIDA podría llegar a matar unos 80 millones de seres humanos en Africa. Por conducto del relato bíblico sabemos de las diez plagas que les fueron enviadas al Faraón de Egipto por oponerse a la liberación del pueblo israelita. Luego de la primera guerra mundial la gripe española se encargó de matar más seres humanos que la propia guerra.

Las pestes y plagas no dejan de hacer grandes estragos entre la humanidad. Nuevas enfermedades aparecen en el horizonte mundial. Los adelantos científicos son notables, pero toda esa ciencia se ve impotente al no poder erradicar todos los males que atacan a los moradores de este planeta Tierra. Nuestra jaula espacial sigue su rotación y nadie puede escapar a otros lugares para zafarse de tantos males. Nuestro hábitat sigue de mal en peor. La contaminación de agua, aire y tierra no puede ser atajada. Otro estudio de las Naciones Unidas nos pronostica que esta gallera terrícola pronto alcanzará los nueve billones de habitantes.

Estamos ante un cuadro nada alagador. Del laboratorio puertorriqueño todos los días nos llegan informes pésimos. La plaga política sigue con paso acelerado arropando toda la geografía isleña. Como que todos nuestros honorables líderes políticos quieren meter sus manos en las arcas públicas antes de que ese gran barril se seque por completo. La madre tierra puertorriqueña parece haber olvidado cómo parir más y nuevas riquezas. La Gran Vitrina de América está perdiendo su olor y su color. ¿Quedará algún pueblo del orbe que nos pueda tomar como ejemplo a seguir?

Somos un pueblo en quiebra económica. Tal vez tengamos que ser entregados a alguna organización mundial para que administre nuestro gobierno, nuestro país, nuestro presupuesto. Y por supuesto, esa organización no podrá ser de corte religioso. De ser así, seríamos el primer pueblo de la Tierra en vivir su propia Divina Comedia, con su propio Infierno. Las plagas y pestes serían el plato de cada día. Y sus dioses harían de nuestros pequeños ríos grandes baños de sangre.

Nuestros alcaldes son insaciables. Son los Barones de la droga llamada política. Cada cual en su propio laboratorio. La gran finca borinqueña está dividida en 78 yucayeques. El yucayeque de Quebradillas parece ser el menos productivo. Ese río está a punto de secarse. El cacique del yucayeque de Yauco le ha quitado algunas plumas a su hermoso penacho indígena. En otras palabras, es el único con la capacidad moral para dar el ejemplo perfecto en esta enfermedad fiscal que padece el pueblo puertorriqueño. Se rebajó su sueldo en un 50%. Acción digna de ser copiada.

El cacique cagüeño trepó a otro árbol. Uno muy diferente. Desde su altura brinca, salta y va de rama en rama como todo un Tarzán. Su finca es más grande y productiva. Este señor alcalde en su vida anterior fue general de dos estrellas. O sea, el hombre no debe estar nada mal en su vida financiera. Pero quiere asegurarse bien los años que le quedan por vivir. Así se lo exige sus responsabilidades de buen padre, esposo y probo ciudadano. Pero, ¿y cuál es el futuro de los miles de naborias que viven bajo su mando? Sus bohíos no son iguales. No se bañan en el mismo río. Ponce y San Juan completan el cuadro fantasmagórico que se va regando por toda la bendita isla del Cordero; el mismo que aparece sentado sobre la Biblia. Es digno de recordar la siguiente amonestación bíblica: "Maldito el varón que confíe en el otro varón". Y muy pronto, otra plaga muy vieja nos caerá encima. Es la maldita peste plebiscitaria. Una vez más nuestros pulcros líderes políticos vuelven a volar hacia Washington, D.C. Esa metrópolis tan acariciada, una vez más vestirá sus mejores telas y prendas para recibir a nuestros tontos políticos. Estos tontos con sus tonterías tienen a todo un pueblo atontado. Una vez más el ratón puertorriqueño volverá a meter su cabeza en la ratonera. Con los dineros del pueblo se pueden construir sueños y pesadillas.

El teatro político puertorriqueño vuelve a abrir otra función con unos políticos que suben a escena para, de rodillas, implorarle al Amo que tenga piedad y acabe con este martirio que ya lleva 111 años de pestes y plagas.

¿Dondé estará el Moisés que nos saque de esta porqueriza política?

Caguas, Puerto Rico
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